Hoy en día, tenemos muchas cosas por que preocuparnos, que si el trabajo, las cuentas, que si no alcanza el dinero, que si los niños quieren el último vídeo juego, etc., etc. etc.,
Pero seamos realistas, que es más importante, todo el sacrificio físico y mental que realizamos a diario para conseguir el vulgar dinero que nos mantiene o el bienestar psicológico y emocional de nuestros hijos, esas pequeñas criaturas que al nacer nos dieron tanta inspiración y alegrías, pero ahora que están creciendo nos olvidamos de toda la dicha que nos dieron con su llegada y se han convertido para muchos en un gasto más..... ¿Porque digo un gasto más? seamos honestos, ¿Cuantas veces no has dicho estas palabras? No bebe, no puedo jugar contigo ahora, tengo que trabajar!!! o cuando tu esposa te dice oye amor, los niños quieren ir este sábado al cine, ya por inercia contestas, déjame ver cuanto tengo...
Hey recapacita!!! son tus hijos, no basta con que le dediques media hora sentado en un sillón jugando un vídeo juego, eso no es calidad de tiempo. Si, ellos estarán contentos porque jugaste un ratito con ellos pero en realidad que tiempo les descastes, fue un tiempo de calidad?, eso que hiciste les quedará en su memoria para un futuro próximo?
Uno como padre debe dedicarles tiempo, estar allí con ellos, tratar de traspasarles algo de nuestros conocimientos para su futuro y dejarles como herencia unos recuerdos de calidad, recuerdos que en un futuro cuando ellos sean padres puedan contarles a sus hijos lo que hacían con papá.
Se que hoy en día el tiempo se queda corto para todas las cosas que debemos hacer como padres y jefes de familia, pero quien ha dicho que uno no puede reservar aunque sea un fin de semana al mes y llevarse a sus hijos de camping, lejos de los video juegos, el televisor por cable, los DVD’s, computadoras y todas esas cosas que separan a los padres de los hijos...
Yo tengo 2 hijos varones, el mayor que tiene 11 años el cual es un lío despegarlo del computador y mi hijo menor de 6, este por el contrario es más aventurero y arriesgado.
Yo siempre trataba de impulsarlos a amar a la naturaleza y convivir en ella, pero no se podía ya que mi ex-esposa era el tipo de persona que si iba a la naturaleza, tenia que albergarse en una cabaña, y tener casi las mismas comodidades que tenía en la casa, aparte, le tiene miedo a la oscuridad mmmmm.... bueno que se podía hacer? Hoy en día me atreví a llevar a mis hijos de camping un fin de semana.... waaaooooo!!!! si antes competíamos ciertos gustos, como el caminar por la naturaleza y observar la fauna y flora, el poder pasar la noche en una tienda de campaña fue una experiencia insuperable, lo disfrutaron tanto que yo no lo podía creer, al inicio era la conducta clásica, y porqué no podemos llevar el nintento, Pa’ y me puedo llevar mi mp3?, y cuando regresamos?, y es que vamos a dormir allá? el chiquito de 6 años cuando cayó la noche empezó que tenia miedo que quería regresar a la casa, que extrañaba a la mamá, etc, etc, entonces cuando ya estaban a punto de dañar el trip que les había planeado con tanto esfuerzo se me ocurrió la idea, hey!!! que les parece si hacemos una fogata y cocinamos algo?, les gustaría?, busquemos leña, vamos y empezó la aventura para ellos, la verdad cuando un niño sale por primera vez de campamento uno debe ir los involucrando poco a poco para que se acostumbren y le puedan agarrar el gusto, así que aunque estábamos en un parque nacional, los lleve a la finca de un amigo mio que está en un pueblo muy cercano, allí en el terreno cerca de la casa, armamos nuestra tienda de campaña e hicimos nuestra famosa fogata.
Volviendo a lo emocionados que estaban con la idea de la fogata, se les olvido todo lo que habían dejado atrás, y allí empezó en realidad la comunicación entre Padre e hijos, les explique como hacer con la leña, el proceso de encender el fuego y estaban tan concentrados escuchando y poniendo en practica lo que les explicaba que cuando por fin vieron arder las llamas era como si hubiesen alcanzado la cima del Everest, que alegría, que emoción y se pasaron alrededor de esa fogata casi como 3 horas, allí conversamos, echamos cuentos, comimos juntos, les empecé a explicar ciertos conceptos básicos de la acampada y les digo la verdad, mis hijos nunca me habían prestado tanta atención como lo hicieron esa noche.
Luego llego la hora de dormir, dormimos los 3 juntos y podía notar la felicidad en sus rostros es una experiencia maravillosa que no se puede dejar pasar, ya hoy en día son ellos los que me dicen... Pa’ cuando hagamos el próximo camping lo hacemos arriba en la montaña oyó? claro hijo, vamos a dormir allá arriba donde yo acostumbro a acampar.
Ya han pasado varias semanas desde aquel semi camping pero les digo algo, ellos todavía lo tienen presente como si hubiese ocurrido ayer y a todos sus amigos les cuentan lo que hicieron esa noche, y lo que más me enorgullece es que cuando lo cuentan dicen, NOS FUIMOS CON MI PAPA DE CAMPING, Y LA PASAMOS NICE!!!!
Ese es el tipo de experiencia que los marca a ellos para toda la vida, las cosas que pueden hacer y aprender de Papá, y les aseguro que el día que tengan sus hijos, si seguimos practicando el camping, ellos llevarán a sus niños como yo lo he hecho con ellos y les dirán. Cuando yo tenia tu edad mi papá me llevaba a acampar y me enseño a hacer mi primera fogata....
Permitanme aconsejarles algo, con todo respeto aprovechen a sus hijos ahora, porque cuando crezcan ya será tarde para hacerlo pues ellos adquerirán las mismas o mayores responsabilidades que nosotros, no dejen pasar la oportunidad de marcar la vida de su hijos en forma positiva.