miércoles, 2 de diciembre de 2009

Caminata Nocturna

Al caer la noche todo cambia, el mundo que conocemos pasa a ser totalmente extraño, el ambiente se carga de gran misterio y nuestra mente se inunda de figuras míticas, temores y espectros que han llegado allí gracias al bombardeo de películas y programas de televisión.

Pero los que aprenden a dominar esos temores infundados por nuestra sociedad, podrán disfrutar de un mundo maravilloso, poblado de criaturas espectaculares que muchas veces son difíciles de ver a plena luz del día.

Hoy mis hijos por primera vez se exponen a compartir conmigo y mi amigo Iván esa experiencia, dejando atrás sus miedos y temores nos aventuramos a hacer nuestra primera caminata nocturna. Desafiando las supersticiones del Viernes Santo (Sin ánimos de ofender a nadie), nos encaminamos a las 5:30 p.m. al sendero la Cruz, ya anteriormente mis hijos han subido este cerro, pero de día.

Llegamos a la cima donde disfrutamos de los últimos rayos de luz y contemplamos un magnifico crepúsculo desde la base de la cruz.












Minutos antes de quedarnos totalmente sin luz descendimos del peñasco y nos preparamos para nuestra caminata nocturna.


La Formación para descender

Cuando salimos a la montaña con niños o con personas no experimentadas, la mejor manera de evitar incidentes que lamentar es dar instrucciones claras y que las mismas sean respetadas. “La seguridad es algo no negociable”.

Primero al Frente: ¡Yo!
Segundo: Ian ( mi hijo de 6 años)
Tercero: Emmanuel ( mi hijo de 11 años)
Último: Iván

¿Porqué esta formación?
Yo al frente para poder enseñarle algunas cosas a mis hijos.

Ian va segundo porque en base a su velocidad yo marco el avance y adicional en caso de necesitar ayuda yo podría socorrerlo rápidamente.

Emmanuel entre Iván e Ian, así de esta forma el puede cuidar a su hermano mientras que Iván lo cuida a él.

Y por último Iván que ya saben su función.


Las instrucciones:
1- Caminar en fila manteniendo una distancia prudente entre uno y otro
2- Todos somos responsables por la seguridad de los otros
3- Caminar atentos de en donde pisamos y donde colocamos nuestras manos
4- No alumbrar a nadie con la linterna en la cara
5- Caminar en silencio
6- No romper las reglas

Entendido estas sencillas reglas empezamos a caminar, la noche lucio su mejor gala, no había luna así que no se podía ver mas allá de la propia nariz, sin la ayuda de las linternas hubiese sido casi imposible poner un pie delante del otro.

Durante el camino encontramos algunas tarántulas en el camino, mis hijos quedaron maravillados viendo estos hermosos he impresionantes arácnidos.


En una parte del camino mi hijo Ian resbalo y se intento sostener de un palo que estaba al lado del sendero pero este se desprendió y cayo arrastrando con el un poco de hojas y escombros que cayeron a los pies de Emmanuel, pero junto con todo esto venia una sorpresa... una serpiente de casi un metro de largo, mi hijo la diviso rápidamente gracias a Dios y dio la voz de alerta, yo agarre a Ian que venia detrás de mi y lo pase adelante y le ordene subir más arriba, por su parte Iván agarro a Emmanuel y lo puso detrás de el, Iván patio a la serpiente y retrocedieron para ponerse a salvo, la serpiente se encontraba asustada y molesta, yo me acerque a esta para fotografiarla y swass!!! me comenzó a perseguir, ese fue el momento preciso que Emmanuel e Iván aprovecharon para pasar y reunirse mas arriba con Ian.


Cuando ellos pasaron yo comencé a ascender no sin perder de vista a la molesta serpiente. Mi hijo Ian estaba un poco nervioso por lo sucedido pero bueno conversamos y lo calmamos. Por el contrario Emmanuel estaba muy emocionado por la experiencia.

Luego de este incidente continuamos nuestro camino hasta llegar a la salida del sendero, mis hijos pasaron un susto es cierto, pero a su vez aprendieron que no puedes olvidar todo lo hermoso que te ofrece la vida por un solo momento difícil.

A que me refiero? Que esta experiencia le enseña a uno que la vida esta llena de problemas y peligros pero no podemos dejar de apreciar todo lo bello que existe por un suceso aislado.

Hoy en día mis hijos al hablar de este viaje, recuerdan todas las cosas maravillosas que vivieron sin darle tanta importancia al suceso de la serpiente, pero muchos de nosotros nos hubiéramos enfocado en la serpiente y nos olvidaríamos de todo lo demás.